¡Hola de nuevo! En nuestro día a día con las familias, nos damos cuenta de la importancia que tienen los límites y las normas, es por esto que hoy dedicamos esta entrada a este tema.
A pesar de los cambios históricos, la familia sigue siendo el primer agente socializador de los menores. De esta manera, la familia tiene un papel principal en la vida de los alumnos ya que:
- Son referentes y modelos en su desarrollo
- Actúan como intermediarios con la sociedad (normas, actitudes, comportamientos…)
- Influyen en la socialización junto a otros agentes (grupos de iguales, escuela…)
Asimismo, dentro del papel socializador de dicho agente, se encuentra la socialización dentro de la familia, a través de la cual, los menores adquieren hábitos y recursos tanto emocionales, como materiales, culturales, temporales y sociales, que incentivan el resto de socializaciones. Esta socialización ocurre a través de la combinación de: apego afectivo y autoridad; entendiendo apego afectivo como el vínculo que se establece entre el menor y los familiares que le cuidan habitualmente; y por autoridad la fuerza moral de los padres sobre el menor con el fin de educarlos.
De este modo, la socialización familiar se lleva a cabo con la combinación de técnicas y habilidades que consiguen que los menores tomen como aceptable o no aceptable una conducta. Estas habilidades y técnicas son: la comunicación, el poder, el apoyo y el control, incluyendo además la capacidad de incorporar límites y normas en el día a día del hogar.
Asimismo, las normas son dictámenes que ayudan a las personas a saber qué, cuándo y cómo realizar una acción, teniendo unas consecuencias positivas si se cumplen y negativas si se incumplen.
De este modo, en la familia, las normas actúan como factores de protección frente a conductas de riesgo que se puedan dar en la infancia y la adolescencia. Son importantes porque:
- Crean referentes y pautas de lo que es válido y no lo es
- Preparan a los menores para una vida en sociedad
- Crean sentimientos de protección y seguridad en los menores
- Ayudan a tolerar la frustración al imponer restricciones y límites
Sin embargo, no es fácil establecer una serie de normas y límites claros en la familia, sobre todo en las etapas más complicadas, como es la adolescencia. A continuación, os dejamos una serie de consejos para aplicarlas:
- Cuando los menores se encuentran en sus primeras etapas, las normas deben ser claras e impuestas, ya que lo harán, no porque entiendan que hay que hacerlo, sino porque se lo han impuesto para cumplir un objetivo
- Es muy importante explicar el por qué de cada una de las normas que se imponen, da igual la etapa en la que se encuentren, ya que poco a poco irán entendiendo su significado dentro de la sociedad
- En las primeras etapas, el cumplimiento de las normas y los límites se deberá ir reforzando constantemente para conseguir que se convierta en un hábito y, progresivamente, se disminuirá la necesidad de obtener ese refuerzo. (El refuerzo puede ser desde una alabanza hasta un pequeño premio, de lo cual hablaremos en otro post 😉)
- Siempre es de agrado que nos feliciten cuando hacemos algo bien, en el caso de los menores es igual. Es importante felicitarles cuando han actuado bien en cualquier situación
- En las etapas más avanzadas es interesante acordar las normas de manera conjunta, así ellos mismos incorporarán mejor esas normas y se comprometerán a cumplirlas. Pero tampoco hay que olvidarse que debe prevalecer el criterio de la familia
- Deben ser claras, realistas, coherentes y siempre las mismas, evitando así ambivalencias
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