FRANCESCO TONUCCI Y LA CIUDAD DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

¡Buenas tardes! ¿Qué tal esas vacaciones?
Para variar un poquito os queremos traer un proyecto que a nosotras nos encanta: La ciudad de los niños y niñas de Francesco Tonucci.

Francesco Tonucci, más conocido como Frato, es un pedagogo y maestro, que ha dedicado su vida y profesión a la infancia y su bienestar. Entre sus ideales, se encuentra ver y sentir la familia, escuela y ciudad con “ojos de niño”, es decir, teniendo en cuenta sus necesidades y, especialmente, sus intereses y opiniones, siendo ellos los que marquen el rumbo de su vida y futuro, y no lo preestablecido por los adultos.

La máquina de la escuela, Tonucci, 1970

FRANCESCO TONUCCI Y SU VISIÓN DE LA ESCUELA

Tonucci se caracteriza por criticar sistema educativo que busca que todos los menores sean iguales, mediante los mismos contenidos y valores, sin tener en cuenta sus necesidades y capacidades individuales. Así, el sistema educativo actual, según Tonucci, busca que todos los menores, al finalizar la escuela, sean idénticos y cumplan los estándares establecidos en referencia a ser un  bueno ciudadano; asimismo, este entiende que para los docentes y profesionales, en muchas ocasiones, los menores solo son números y no tienen en cuenta sus procesos de aprendizaje, siendo rechazados socialmente aquellos que se salen de la norma establecida. Dicho análisis, se puede observar a la perfección a través de su  ilustración “La máquina de la escuela”.

De este modo, la idea de educación de Tonucci se concreta en: escuchar , comprender y respetar a los niños y niñas.

  1. Escuchar al alumnado y confiar en él: Tener confianza en las competencias y capacidades de todos y cada uno de los alumnos y escuchar sus ideas y opiniones, creando una conversación bidireccional y no solo del maestro al alumno.
  2. Escuelas democráticas: Desde la escuela se debe fomentar que el alumnado sea un ciudadano libre y soberano, impulsando y motivando sus conocimientos y saberes.
  3. La diversidad en el aula es positiva: Entender la diversidad y heterogeneidad como algo positivo y enriquecedor, independientemente del origen de dicha diferencia.
  4. Participación de los niños en la organización de la escuela: Fomentar la participación de los menores en la organización y vida de la escuela, haciendo que los niños se sientan parte de esta y la entiendan como su escuela.
  5. Aprendizaje divertido y cercano: Los docentes deben tener en cuenta qué motiva e interesa a los menores para motivar su aprendizaje, fomentando y reconociendo sus fortalezas y capacidades.
  6. Los mejores docentes: Un buen maestro debe escuchar a sus alumnos y personalizar el aprendizaje siempre que sea posible; evitar la competencia y cambiarla por el trabajo en equipo, creyendo en la suma de las capacidades para alcanzar el éxito.
  7. Lectura compartida: Tonucci considera que leer en voz alta es una buena herramienta para fomentar el amor por la lectura.
  8. Juego y ocio siempre presentes: Partiendo de la Convención sobre los Derechos Del Niño y su derecho al juego, Tonucci defiende la existencia de momentos de libertad, esparcimiento y diversión de los menores tanto dentro como fuera del aula.
  9. El papel de los deberes: En muchas ocasiones los menores no cuentan con el apoyo necesario para poder llevar a cabo los deberes en sus casas, por eso, las tareas deben realizarse dentro del horario escolar.
  10. Escuela en base al alumnado: Los menores necesitan experimentar para poder construir el conocimiento, de ahí la importancia de adaptar las ciudades a los niños y niñas.

PROYECTO “LA CIUDAD DE LOS NIÑOS Y NIÑAS”

Este proyecto surgió en 1991 y tenía como objetivo situar a los niños y niñas en los protagonistas de la organización de las ciudades. 

Antiguamente, las ciudades estaban construidas para lograr el encuentro de sus habitantes, con espacios urbanos comunes y sin distinción por edad o grupo social; sin embargo, en los últimos años, la distribución de estas se caracteriza por centros históricos vacíos de habitantes, renunciando a los espacios de encuentro, y espacios creados para los diferentes grupos de edad como son los parques o guarderías para la infancia o las residencias y centros de días para las personas de la 3º edad. Así, la ciudad ha tomado como referencia organizativa la vida adulta, adecuando las estructuras y servicios a sus necesidades y exigencias, llenando las calles de coches, obstáculos, peligros y establecimientos que condicionan la libertad y aprendizaje de los menores, los futuros adultos. Así, los menores han quedado relegados a la vigilancia y acompañamiento continuo por parte de una persona adulta y su espacio de convivencia limitada a casas, parques, escuelas y ludotecas. 

El proyecto “Ciudad de los niños y niñas” tiene como objetivo cambiar el punto de vista organizativo de las ciudades, pasando de la visión adulta a la de la infancia, partiendo de la idea de que cuánto más se adapte a los menores, mejor vivirán todos los ciudadanos. Esto es debido a que la visión de los menores es una visión diversa que tiene en cuenta las necesidades de todas las personas, especialmente de aquellos con más dificultades como las personas con discapacidad o de 3º edad.

De este modo, el proyecto no consiste en crear más espacios para la infancia o que segregan por edades o clases, sino cambiar verdaderamente la organización de la ciudad para devolver la autonomía a los menores y que puedan ir solos a la escuela o salir a la calle e ir a los diferentes espacios públicos y jugar con sus amigos, teniendo sus propias experiencias sin el control adulto. 

Además, este proyecto también busca la participación de los niños y niñas en el gobierno de la ciudad, donde puedan expresar su opinión y ser escuchados en lo referente a decisiones que les afecten.  Esta idea se concreta en la propuesta de Tonucci “Consejo de los niños” y “Planificación compartida”, donde los menores forman parte de las creaciones arquitectónicas de la ciudad con la colaboración de un técnico. 

Algunos de los cambios que se deben realizar en las ciudades para ser amigas de los niños y niñas son: 

  • Adoptar medidas de seguridad vial 
  • Cuidar las aceras y mantenerlas limpias 
  • Crear pasos de peatones seguros
  • Hacer las aceras más anchas y crear espacios residenciales 
  • Aumento de zonas verdes 
  • Creación de espacios públicos para el ocio

En conclusión, las ciudades deben recuperar la relación con los ciudadanos más pequeños, dándoles tiempo y espacio para jugar, concediéndoles la palabra y, especialmente, escuchándolos y teniendo en cuenta sus ideas y propuestas.

Niños jugando en la calle, Tonucci, 1998

LIBROS DESTACADOS DE TONUCCI

  • La ciudad de los niños (1996)
  • Con ojos de niños (1981)
  • Cuando los niños dicen basta (2004)
  • Con ojos de niña (2008)
  • Por que la infancia: sobre la necesidad de que nuestras sociedades apuesten definitivamente por las niñas y los niños (2019)

¿Lo conocíais? Esperamos que os haya gustado. ¡Os leemos!

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