¡Buenas noches! ¿Qué tal ese inicio de semana? Nosotras queremos comenzarla hablándoos de los estilos de educacion parental.
Las familias, como primer agente socializador, son las encargadas de la transmisión de valores y afectos necesarios para la seguridad y estabilidad de los menores. Estas actuaciones se han de acompañar de ciertos niveles de control disciplinar para encauzar de manera adecuada las conductas desde la infancia. La forma de actuar ante cuestiones diarias, la resolución de problemas o toma de decisiones por parte de los progenitores son denominados estilos parentales.
Los estilos de educación parental son estrategias de socialización familiar de los progenitores hacia los menores y sirven de referencia ante expectativas y límites para los hijos.
Estos comportamientos se basan, sobre todo, en el control parental y el apoyo de los padres hacia los hijos. De esta manera, los padres se guiarán por cuatro áreas: afecto en la relación, el grado de control, el grado de madurez y la comunicación entre padres e hijos.
- Afecto: grado de esfuerzo de los progenitores que hace que el menor se sienta aceptado como persona; es fundamental para el ajuste social de los niños, dado que el apoyo parental produce una autoestima más alta y menos problemas de conducta.
- Control: conducta de los padres hacia los hijos que tiene como objetivo principal dirigir la conducta de los menores de manera deseable para los padres. A través de este área, se consigue dominar y regular la conducta de un modo más autónomo.
- Madurez: exigencias o retos que los padres imponen a sus hijos.
- Comunicación: capacidad de los progenitores para lograr un ambiente familiar en el que poder expresar sus emociones, pensamientos y problemas, así como poder hablar aspectos tanto positivos como negativos con la seguridad de ser escuchados y no sentirse juzgados.
Así, la combinación de estas cuatro áreas forman los estilos parentales:
- Estilo autoritario: basado en la frialdad afectiva, el alto control, la alta exigencia de madurez y los bajos niveles de comunicación. Los padres autoritarios valoran la obediencia como virtud, mantienen a sus hijos dependientes de ellos, restringen su autonomía y dan mucha importancia a los castigos, la exigencia y a la creencia de que todo se puede lograr.
- Consecuencias:
- Baja autoestima y confianza
- Vulnerable a las tensiones
- Dificultad para mostrar asertividad
- Repetición de patrones autoritarios
- Baja iniciativa y creatividad
- Dependencia emocional
- Consecuencias:
- Estilo democrático o inductivo: se caracteriza por facilitar la participación de los menores a la hora de elaborar las normas y existe una responsabilidad compartida por todos los miembros de la unidad familiar. Las normas son consensuadas y están basadas en razones claras. Se estimula el diálogo y tiene en cuenta las necesidades de los menores, teniendo como objetivo la autonomía de estos.
- Consecuencias:
- Alta autoestima y confianza
- Autorresponsabilidad y autocontrol
- Relaciones interpersonales basadas en el respeto, la empatía y el afecto
- Iniciativa y creatividad
- Comportamiento prosocial y solidario
- Consecuencias:
- Estilo permisivo: establece un mayor grado de libertad y una relativa “indiferencia-neutralidad” en el desarrollo del menor; evita el uso de la autoridad, restricciones y castigos. Las tres características fundamentales son liberación del niño, neutralidad y no interferencia. Dentro del estilo permisivo se dan dos situaciones:
- Estilo permisivo-negligente: hay completa libertad en la toma de decisiones, hay escasas normas y no se impone el castigo ni control del comportamiento. Así, la indiferencia, la pasividad, la permisividad, la ambigüedad y la irritabilidad toman un gran papel dentro de estas familias. A la hora de imponer la autoridad, se utiliza el castigo físico y hay falta de coherencia en las decisiones. Además, hay poca comunicación intrafamiliar, la mayor parte de ella es unidireccional, y poca expresión de afecto.
- Consecuencias:
- Baja autoestima
- Bajo desarrollo de capacidades cognitivas
- Problemas emocionales y baja empatía
- Dificultades para ser autónomo
- Dependencia de los progenitores
- Baja tolerancia a la frustración
- Consecuencias:
- Estilo permisivo-indulgente o sobreprotector: se caracteriza especialmente por la aceptación e implicación de los progenitores a nivel afectivo, ya que se tiene en cuenta la opinión, capacidades y sentimientos de los menores; sin embargo, a nivel de control, las familias con este estilo no son directivas ni establecen normas o límites, debido a que buscan liberar de cualquier tipo de control, restricciones y castigos a los menores. Además hay excesiva tolerancia paterna reflejada en la tendencia al complacimiento.
- Consecuencias:
- Buen autoconcepto emocional y familia
- No se da valor al esfuerzo persona
- Desorientación y falta de disciplina
- Dificultades de autocontrol
- Baja tolerancia a la frustración
- Falta de habilidades sociales
- Consecuencias:
- Estilo permisivo-negligente: hay completa libertad en la toma de decisiones, hay escasas normas y no se impone el castigo ni control del comportamiento. Así, la indiferencia, la pasividad, la permisividad, la ambigüedad y la irritabilidad toman un gran papel dentro de estas familias. A la hora de imponer la autoridad, se utiliza el castigo físico y hay falta de coherencia en las decisiones. Además, hay poca comunicación intrafamiliar, la mayor parte de ella es unidireccional, y poca expresión de afecto.
Por último, frente a sí un estilo es mejor que otro, lo importante es tener una interacción de calidad, donde la exigencia y el control no impidan la comunicación positiva e implicación afectiva. Por eso, las normas y límites deben ser firmes, flexibles, razonadas y adaptadas a la edad de los menores (redirigir al blog de normas). Es importante tener en cuenta estos aspectos, puesto que el estilo educativo tiene grandes repercusiones para el desarrollo evolutivo, no solo en la infancia, sino a lo largo de todo el ciclo vital.
¿Conocíais los estilos de educación parental? ¿Creéis que tienen repercusión en la vida de los menores? ¡Os leemos!