¡Buenas tardes! ¿Qué tal hemos empezado la semana? Hoy os venimos a contar dos conceptos muy importantes en la psicología y en la pedagogía. El refuerzo y el castigo.
Refuerzo y castigo son dos conceptos provenientes del condicionamiento operante, una de las teorías más conocidas e importantes de la psicología. Dicha teoría expone que el comportamiento humano cambia según los estímulos que recibe, pudiendo aumentar la probabilidad de que se repita o disminuyéndolo.
De este modo, se puede producir una serie de confusiones con respecto a los términos refuerzo y castigo, ya que se suele pensar que castigo es dar algo negativo y refuerzo es dar algo positivo. Sin embargo, no es así, el refuerzo se usa cuando se quiere aumentar la probabilidad de que una conducta se siga repitiendo, y el castigo cuando se quiere que la conducta disminuya. Asimismo, tanto castigos como refuerzos pueden ser positivos, si lo que se produce tras la conducta es generar un estímulo, o negativos si lo que se produce tras la conducta es retirar un estímulo:
- Castigo positivo: trata de proporcionar un estímulo para disminuir la conducta. Ejemplo: poner un pequeño castigo a un niño por llegar tarde.
- Castigo negativo: trata de retirar un estímulo para disminuir una conducta. Ejemplo: quitar una pintura a un niño que la está usando para pegar a otro niño.
- Refuerzo positivo: consiste en proporcionar un estímulo para aumentar la conducta. Ejemplo: comprar un dulce a un niño si se porta bien.
- Refuerzo negativo: consiste en retirar un estímulo para aumentar la conducta. Ejemplo: retirar un castigo a un niño si se ha portado bien durante mucho tiempo.
Tras dicha explicación, es pertinente resaltar que tanto refuerzo como castigo tienen diferentes factores a tener en cuenta:
- El refuerzo depende de:
- Calidad y cantidad: es decir, cuanto mejor sea el reforzador más posibilidad habrá de que se repita la conducta, teniendo en cuenta que los reforzadores deben motivar a la persona.
- Tiempo entre conducta y refuerzo: el reforzador puede ser inmediato o tras un tiempo.
- En el castigo se debe tener en cuenta:
- La frecuencia: cada vez que se realice algo mal se reciba el castigo correspondiente.
- Normas: es necesario que todos los castigos tengan una norma y se castiguen las acciones y no a la persona. Esto quiere decir que si dos niños tienen el mismo comportamiento sobre algo, deben recibir el mismo castigo.
- Inmediatez: el castigo debe producirse inmediatamente después de que se haya producido la acción.
- Intensidad: tener precaución con la afirmación “cuanto más duro el castigo, más eficaz”. Hay veces que los castigos deben ser duros pero hay que tener claros los límites.
- Refuerzo de lo que sea positivo: aunque se castiguen las conductas negativas hay que reforzar las conductas positivas para que se produzca un cambio.
En conclusión, los modificadores de conducta sirven para que las personas modifiquen sus acciones hacia lo deseable. De este modo, se usan tanto reforzadores como castigos, los cuales son eficaces o no dependiendo de la personalidad de las personas. De esta manera, para aplicar uno u otro se debe conocer a las personas y saber cómo combinarlos.
¿Qué os ha parecido? ¿Lo conocíais? ¡Os leemos!